Samurai by Martin Caidin

Samurai by Martin Caidin

autor:Martin Caidin
La lengua: es
Format: mobi
Tags: sf_history
publicado: 2010-11-01T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 21

El 29 de Julio el teniente Joji Yamashita regresó a Lae, de su patrulla sobre Buna, con noticias que conmovieron a toda la base. Sus aviones habían sido atacados por primera vez por aviones navales norteamericanos. Informó al comandante Nakajima que sus nueve Zeros habían encontrado a una fuerza mixta de bombarderos en picada Dauntless norteamericanos y cazas Wildcat F4F, dirigidos hacia la zona de Buna por exploradores P-39, que según estimaba provenían de Rabi. Los aviones de guerra navales eran los primeros en aparecer en nuestro escenario de guerra.

Las noticias de que un portaaviones norteamericano había pasado a aguas de Nueva Guinea eran ominosas, y nuestros oficiales de estado mayor parecían inquietos. Si los norteamericanos tenían portaaviones de sobra para operaciones contra nuestras fuerzas de Lae, Buna y Rabaul, existía en apariencia cierta veracidad en sus afirmaciones de una victoria en Midway, y en sus negativas de grandes pérdidas durante la Batalla del Mar del Coral. Si era cierto lo que había declarado Tokio, que nuestra flota había destruido a los portaaviones enemigos encontrados en el mar del Coral y frente a Midway, ¿cómo podía haber un portaaviones en nuestras cercanías? Algo andaba mal, y por primera vez experimentamos dudas en cuanto a la autenticidad de las repetidas afirmaciones de las victorias por parte de Tokio,

Pero la mayoría de los pilotos de caza de Lae recibieron la noticia de forma muy distinta. Hasta muy avanzada la noche, hicimos preguntas a los pilotos de Yamashita. ¿Cuántos aviones de la Armada había? ¿Los Wildcat eran mejores que los P-39 y los P-40? ¿Cuál era la capacidad de los pilotos aeronavales norteamericanos?

Sus respuestas fueron alentadoras, porque la escuadrilla de Yamashita afirmaba haber derribado tres bombarderos en picada, cinco cazas y un P-39, sin perder un solo Zero. ¡Eso hacía que careciera de importancia lo que pudiera haber sucedido en Midway, o en el mar del Coral o en cualquier otra parte! Lo único que nos importaba, era que durante cuatro meses seguidos habíamos vencido una y otra vez a los cazas y bombarderos enemigos, y que la aparición de sus aviones navales significaba una oportunidad mucho mayor para lograr nuevas victorias.

Pero durante los tres días siguientes los nuevos aparatos enemigos no aparecieron sobre Buna. El 13, nueve B-17 atacaron la zona de la cabecera de playa con considerable éxito, y nuestros nueve cazas consiguieron derribar a un solo bombardero de la formación enemiga. Se me reconoció la victoria cuando ataqué a la cuarta Fortaleza sobre cabo Nelson y logré concentrar mi fuego en su proa. Aparentemente, el piloto y el copiloto resultaron muertos, pues el enorme avión se precipitó al océano, fuera de control. Fue una de mis batallas aéreas más difíciles, porque regresé a Lae con varios centímetros de piel arrancados de mi brazo derecho por las armas del bombardero. Me había salvado de la muerte por un pelo, y mis mecánicos trabajaron toda la noche para remendar las decenas de agujeros de bala del fuselaje y las alas.

El 2 de agosto, toda idea de aviones navales huyó de nuestra mente.



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